"[...]
Y echaba la culpa a la malignidad del tiempo, devorador y consumidor
de todas las cosas, el cual, o la tenía oculta o consumida."
Así
se habla en uno de los capítulos de nuestro querido Quijote del
efímero y retorcido tiempo.
En
el mismo se le califica de "devorador","maligno",
"consumidor".., y es que el tiempo es devorador de
segundos, minutos, horas, días y años. Maligno, pues su paso no
deja indiferente a nadie, destacando así su poder igualatorio, que
burla todo estamento, clase social o estatus impuesto por el ser
humano. Capcioso, pues en el momento en que nos queremos dar cuenta
de nuestro presente, éste se nos ha escapado, volatilizado,
esfumado, evaporado o escapado, al igual que lo hace la fina arena de
la playa entre nuestros dedos; convirtiéndose así en nuestro
pasado. De la misma manera ocurre con nuestro futuro, que en cuanto
lo mencionamos o lo nombramos se convierte en nuestro presente y, a
su misma vez, en nuestro pasado... Otros lo han calificado como
cruel, pues sin piedad arranca de nuestras vidas la juventud, la
belleza, aquellos a quienes más queremos, la propia vida... Es
consumidor de momentos e instantes, pero siempre haciendo gala de su
relatividad, porque como tan pasajeros y fugaces se hacen los
momentos de gozo, así de interminables y tediosos se hacen aquellos
de dolor, sufrimiento y hastío.
Se
habla del tiempo, gran enemigo, contra el cual luchamos a cada
momento, siempre intentándolo estirar, aprovechar y prolongar al
máximo. Nuestra lucha diaria contra él se demuestra en muchos
pequeños detalles, ¿o no se anuncian en la televisión
constantemente cremas anti-edad que prometen la eterna belleza y
juventud? ¿No se habla de infinidad de gadgets, aplicaciones,
servicios y empresas de cualquier tipo que “ahorran tu tiempo”
para que “lo puedas emplear en los que más quieres”? ¿No vamos
siempre con prisas, sin detenernos a mirar a nuestro alrededor,
olvidando los pequeños detalles de los que hablaba en la entrada
anterior?
Juventud eterna
El
tiempo, que desde el principio de los principios ha sido tema
estrella en la literatura, la cual ha intentado combatir el olvido
con una delicada lírica, como las Coplas de Jorge Manrique; y
hacerle honor por su grandeza, como Alicia en el país de las
maravillas de Lewis Carrol.
Se
han intentado encontrar fórmulas para derrotarlo: las máquinas del
tiempo, temática de muchos libros (La máquina del tiempo de H.G.
Wells), películas ( Kate & Leopold de James Mangold); la fama,
usada con la finalidad de hacer pasar el nombre propio a los anales
de la historia, como lo quiso hacer Alejandro Magno; grandes
construcciones, como el Taj Mahal, una de la siete maravillas del
mundo cuya finalidad era demostrar al mundo el inmenso amor que
sentía Sha Jahan por su esposa Mumtaz Mahal, y así, generación
tras generación, no se olvidase su bonita historia de amor...
Al
fin y al cabo, volvemos siempre a donde estábamos al principio,
donde el ser humano intenta, en su búsqueda de la verdad, comprender
este fenómeno que es el tiempo, y CONTROLARLO, porque tenemos una
naturaleza que nos empuja a querer tener todo bajo control (por
ejemplo los rumores y “cotilleos”, de otra entrada previa).
Mi
pregunta: ¿Consideras al ser humano de naturaleza controladora? ¿Por
qué? ¿Es esto un aspecto bueno o malo?
Rocío
P.
Respecto a la lectura que he realizado de tu entrada, he destacar que magnífica, me ha encantado, pero a pesar de ello yo no considero al ser humano de naturaleza controladora, esto es algo inculcado día tras día por una sociedad que intenta controlarnos a nosotros inculcando el control pero de forma natural o innata no considero que el ser humano busque el control del tiempo, la naturaleza o el control de si mismo, supongo que un control regulado de lo que a nuestro alrededor encontramos se menciona como orden aunque a mi gusto viviendo en un mundo caótico, donde no conocemos la respuesta de nuestro propio origen no comprendo la necesidad de tener orden.
ResponderEliminarHablan del orden como algo positivo pero si el mundo, si la vida fue creada de forma caótica, ¿por que esa necesidad de controlar la naturaleza?, si al fin y al cabo el desorden, la locura y el caos rigen este mundo y esta vida, a la que tanto nos aferramos y amamos, ¿o no es así?
Respecto a la lectura que he realizado de tu entrada, he destacar que magnífica, me ha encantado, pero a pesar de ello yo no considero al ser humano de naturaleza controladora, esto es algo inculcado día tras día por una sociedad que intenta controlarnos a nosotros inculcando el control pero de forma natural o innata no considero que el ser humano busque el control del tiempo, la naturaleza o el control de si mismo, supongo que un control regulado de lo que a nuestro alrededor encontramos se menciona como orden aunque a mi gusto viviendo en un mundo caótico, donde no conocemos la respuesta de nuestro propio origen no comprendo la necesidad de tener orden.
ResponderEliminarHablan del orden como algo positivo pero si el mundo, si la vida fue creada de forma caótica, ¿por que esa necesidad de controlar la naturaleza?, si al fin y al cabo el desorden, la locura y el caos rigen este mundo y esta vida, a la que tanto nos aferramos y amamos, ¿o no es así?