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lunes, 16 de febrero de 2015

Tempus Fugit



"[...] Y echaba la culpa a la malignidad del tiempo, devorador y consumidor de todas las cosas, el cual, o la tenía oculta o consumida."

Así se habla en uno de los capítulos de nuestro querido Quijote del efímero y retorcido tiempo.

En el mismo se le califica de "devorador","maligno", "consumidor".., y es que el tiempo es devorador de segundos, minutos, horas, días y años. Maligno, pues su paso no deja indiferente a nadie, destacando así su poder igualatorio, que burla todo estamento, clase social o estatus impuesto por el ser humano. Capcioso, pues en el momento en que nos queremos dar cuenta de nuestro presente, éste se nos ha escapado, volatilizado, esfumado, evaporado o escapado, al igual que lo hace la fina arena de la playa entre nuestros dedos; convirtiéndose así en nuestro pasado. De la misma manera ocurre con nuestro futuro, que en cuanto lo mencionamos o lo nombramos se convierte en nuestro presente y, a su misma vez, en nuestro pasado... Otros lo han calificado como cruel, pues sin piedad arranca de nuestras vidas la juventud, la belleza, aquellos a quienes más queremos, la propia vida... Es consumidor de momentos e instantes, pero siempre haciendo gala de su relatividad, porque como tan pasajeros y fugaces se hacen los momentos de gozo, así de interminables y tediosos se hacen aquellos de dolor, sufrimiento y hastío.

Se habla del tiempo, gran enemigo, contra el cual luchamos a cada momento, siempre intentándolo estirar, aprovechar y prolongar al máximo. Nuestra lucha diaria contra él se demuestra en muchos pequeños detalles, ¿o no se anuncian en la televisión constantemente cremas anti-edad que prometen la eterna belleza y juventud? ¿No se habla de infinidad de gadgets, aplicaciones, servicios y empresas de cualquier tipo que “ahorran tu tiempo” para que “lo puedas emplear en los que más quieres”? ¿No vamos siempre con prisas, sin detenernos a mirar a nuestro alrededor, olvidando los pequeños detalles de los que hablaba en la entrada anterior?


Juventud eterna






El tiempo, que desde el principio de los principios ha sido tema estrella en la literatura, la cual ha intentado combatir el olvido con una delicada lírica, como las Coplas de Jorge Manrique; y hacerle honor por su grandeza, como Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol.








Se han intentado encontrar fórmulas para derrotarlo: las máquinas del tiempo, temática de muchos libros (La máquina del tiempo de H.G. Wells), películas ( Kate & Leopold de James Mangold); la fama, usada con la finalidad de hacer pasar el nombre propio a los anales de la historia, como lo quiso hacer Alejandro Magno; grandes construcciones, como el Taj Mahal, una de la siete maravillas del mundo cuya finalidad era demostrar al mundo el inmenso amor que sentía Sha Jahan por su esposa Mumtaz Mahal, y así, generación tras generación, no se olvidase su bonita historia de amor...

















Al fin y al cabo, volvemos siempre a donde estábamos al principio, donde el ser humano intenta, en su búsqueda de la verdad, comprender este fenómeno que es el tiempo, y CONTROLARLO, porque tenemos una naturaleza que nos empuja a querer tener todo bajo control (por ejemplo los rumores y “cotilleos”, de otra entrada previa).

Mi pregunta: ¿Consideras al ser humano de naturaleza controladora? ¿Por qué? ¿Es esto un aspecto bueno o malo?

Rocío P.


2 comentarios:

  1. Respecto a la lectura que he realizado de tu entrada, he destacar que magnífica, me ha encantado, pero a pesar de ello yo no considero al ser humano de naturaleza controladora, esto es algo inculcado día tras día por una sociedad que intenta controlarnos a nosotros inculcando el control pero de forma natural o innata no considero que el ser humano busque el control del tiempo, la naturaleza o el control de si mismo, supongo que un control regulado de lo que a nuestro alrededor encontramos se menciona como orden aunque a mi gusto viviendo en un mundo caótico, donde no conocemos la respuesta de nuestro propio origen no comprendo la necesidad de tener orden.
    Hablan del orden como algo positivo pero si el mundo, si la vida fue creada de forma caótica, ¿por que esa necesidad de controlar la naturaleza?, si al fin y al cabo el desorden, la locura y el caos rigen este mundo y esta vida, a la que tanto nos aferramos y amamos, ¿o no es así?

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  2. Respecto a la lectura que he realizado de tu entrada, he destacar que magnífica, me ha encantado, pero a pesar de ello yo no considero al ser humano de naturaleza controladora, esto es algo inculcado día tras día por una sociedad que intenta controlarnos a nosotros inculcando el control pero de forma natural o innata no considero que el ser humano busque el control del tiempo, la naturaleza o el control de si mismo, supongo que un control regulado de lo que a nuestro alrededor encontramos se menciona como orden aunque a mi gusto viviendo en un mundo caótico, donde no conocemos la respuesta de nuestro propio origen no comprendo la necesidad de tener orden.
    Hablan del orden como algo positivo pero si el mundo, si la vida fue creada de forma caótica, ¿por que esa necesidad de controlar la naturaleza?, si al fin y al cabo el desorden, la locura y el caos rigen este mundo y esta vida, a la que tanto nos aferramos y amamos, ¿o no es así?

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