martes, 10 de febrero de 2015

CAPÍTULO III

Es aquí en este capítulo, donde a pesar de que Don Quijote comienza de forma abrupta su lucha contra todo el que se le ponía por delante para obtener su meta (armarse caballero), consigue finalmente que el ventero para deshacerse de él, le arme caballero.


Tras esta lectura lo que más a destacar ha podido mi intelecto, es esa valentía que en todo momento muestra Don Quijote, quien lucha por sus ideales a capa y espada.

Algo que me ha sorprendido gratamente ha sido el momento donde, por ejemplo, Don Quijote le da el título de doña a dos prostitutas quienes para Don Quijote sin tener conciencia de ello, les da el valor que toda persona se merece, ese valor que actualmente llamamos dignidad y que toda persona debe de tener como derecho inalienable desde que nace. No es que llamar de don a alguien sea darle un título muy significativo ni nada parecido, es a mi gusto algo mucho más metafórico, que trasciende de lo que a simple vista parecía y que al meditar da otra impresión totalmente distinta.

Y al finalizar la lectura es donde ha venido a mi memoria esa clase de filosofía tan reveladora que hoy he podido disfrutar.
Mi discusión se cierne sobre los ideales y la lucha por ellos. Pero si los ideales son justos, están basados en la moralidad humana, en la lucha por lo que para Don Quijote es la verdadera forma de obtener un mundo justo, ¿es legítimo dar lucha por ellos para cambiar lo que hasta ahora para él no era justicia? ¿Es justo dar su vida por lo que para él es su única motivación real? ¿Si la lucha por algo que a ti te mueve a cambiar hacia un mundo mejor conlleva numerosos daños colaterales merece la pena? ¿Existe forma alguna de cambiar la realidad injusta a algo más moral sin derramar sangre? ¿Si existe, es posible hacerla?


2 comentarios:

  1. La pregunta que más me ha llamado la atención de tu entrada ha sido: "Si la lucha por algo que a ti te mueve a cambiar hacia un mundo mejor conlleva numerosos daños colaterales, ¿merece la pena?"

    Por ello, he decidido reflexionarla y tal vez, si puedo, responderla.

    En primer lugar, me he detenido a pensar por qué ha captado mi interés.

    Tal vez es porque creo que ya la has formulado antes y, por tanto, entiendo que es algo que realmente te preocupa... Tal vez sea porque la interpretación que le he dado yo a la pregunta: "¿El fin justifica los medios?", me parezca un tema interesante y digno de comentar en el blog...

    Sinceramente, no sé por qué lo ha hecho... Creo que es porque sé que se trata de ti, que eres tú, Sofía, la persona que la ha lanzado al aire...Y es que, con el tiempo que llevamos conociéndonos, me he podido dar cuenta de que tenemos visiones del mundo distintas, ideales diferentes, pensamientos dispares...

    Esto no es algo necesariamente malo, pues soy de las primeras personas que apoya la diversidad de opiniones. Sin embargo, creo que este es uno de los puntos en los que diferimos. Puede que me equivoque, si es así corrígeme de mi error por favor, pero tú, si no recuerdo mal, justificas los medios con tal de conseguir los fines en una entrada anterior.

    Y ahí va mi pregunta: ¿Seguirías pensando lo mismo si los medios de los que hablamos fuesen personas? ¿Sería algo justo combatir la injusticia cometiendo otra, es decir, ignorando la dignidad de otros para conseguir nuestros fines?

    Es por ello que creo que no concuerdo con tu opinión, creo que nada merece tanto la pena, ni siquiera los ideales, como para usar a las personas como medios para llegar a tales fines. Lo considero algo inhumano y que nos convierte, de alguna manera, en salvajes.

    Seguramente esté errando, pero intento hacerte ver de este modo mi punto de vista, ya que me sorprende enormemente la seguridad, el empeño y la fiereza con la que defiendes tus ideales. No te equivoques, admiro esa cualidad en ti y, a veces, me gustaría ser tan apasionada como tú en algunos aspectos, pero creo que deberías pararte a pensar en lo que realmente dices, sopesar tus palabras... Y sobre todo, tener en cuenta que no todo en esta vida es blanco o negro, que hay infinidad de colores entre medias, quiero decir, que no es necesario posicionarse en un extremo, ser tan radical y como dicen muchos sabios: "En el término medio se halla la virtud"

    Rocío P.

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  2. Bueno, tras meditar de forma detenida, tu intenso comentario he llegado a una conclusión:

    En primer lugar yo no considero una relación entre esta entrada y otra anterior, ya que la anterior intentaba adaptarlo de forma literaria a un texto como es un capítulo de don Quijote y por tanto no era una opinión directa de la dialéctica: el fin justifica los medios ¿si o no?
    Es por ello por lo que me he dedicado a preguntar y sinceramente no tengo respuesta a si los daños colaterales en busca de una moralidad global pueden llegar a ser vidas humanas y si ese bien ético que se busca puede cargar sobre su conciencia la pérdida de vidas humanas para llegar a ello. Pero el problema va más allá porque si tu quieres cambiar algo es porque realmente ese algo actual está destrozando al ser humano y a su dignidad y eso lleva al odio y a la pérdida de libertad. Entonces como diría el Che: "Solo hay un sentimiento mayor que el amor hacia la libertad, que es el odio al que te la quita". Y si hay personas dispuestas a quitar tu libertad, y cohibir tus ansias de cumplir las metas que como ser humano digno buscas a lo largo de tu vida, ¿no tendrás tu derecho a quitarles a ellos otros derechos inalienables?
    A lo que no respondo porque no he llegado a ninguna conclusión es si inocentes deben morir por la causa, si es justo, no lo sé Pero me gustaría encontrar la respuesta....

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