domingo, 1 de marzo de 2015

CAPÍTULO XV

Una vez acabado el entierro de Grisóstomo, don Quijote y Sancho Panza se disponen a seguir con sus aventuras. Estaban descansando tras una buena comilona, cuando Rocinante, llamado por uno de sus instintos más básicos, se escapa, pues no había sido atado por Sancho Panza, que lo consideraba tan "casto" y "pacífico" como él mismo. Al acercarse a las yeguas, éstas lo despiden con coces y es entonces cuando aparecen los dueños de los animales para espantar a Rocinante, el cual, pobre animalito, acaba apaleado y medio moribundo en el suelo. Es en este jaleo, cuando llegan en defensa del rocín don Quijote y Sancho, los cuáles acaban en las mismas circunstancias...





"El primero que se resintió fue Sancho Panza; y hallándose junto a su señor, con voz enferma y lastimada, dijo:-¡Señor don Quijote!¡Ah, señor don Quijote!-¿Qué quieres, Sancho hermano?- respondió don Quijote con el mesmo tono afeminado y doliente que Sancho." 




Me ha llamado muchísimo la atención la descripción que utiliza Cervantes en esta situación. A mi parecer, es una forma de expresarse un poco machista, porque ¿no puede un hombre sentir dolor? ¿No pueden llorar los chicos? ¿Acaso no son personas?¿Creéis que hoy en día se sigue pensando igual sobre este asunto?

Una vez pasado el dolor inicial de la paliza recibida, Sancho y don Quijote inician un diálogo en el que discuten sobre el significado y valor de los golpes. Es en este punto de la historia cuando se observan los dos extremos representados por don Quijote y Sancho. El primero, ve todos estos golpes y estas afrentas que sufre como medallas, signos y símbolos de valor que engrandecen su figura y, de hecho, está dispuesto a sufrir todos los grandes sinsabores y sufrimientos que sean necesarios con tal de llegar a ser un buen caballero andante y merecerse el amor de su adorada Dulcinea. 

Por el contrario, Sancho, que se considera a sí mismo como un hombre sosegado, pacífico y manso, ve todo esto que don Quijote admira como un sinsentido, algo que no merece la pena, pues para él lo único necesario es todo aquello que le permita sacar a su familia adelante. 

Es decir, se puede observar en don Quijote un espíritu de "macho alfa" que no puede sentir dolor, que necesita ser valiente y aguantar lo que sea para hinchar su pecho y demostrar su hombría, a pesar de que, como podéis ver en el fragmento, también tiene su momento de debilidad que pronto olvida al empezar a dar su discurso sobre lo importante que es saber aguantar y encajar los golpes. Mientras tanto, en Sancho se denota un pensamiento bastante avanzado para su época.

En la sociedad actual, ¿cuál creéis que es el modelo que se suele tomar? A vosotros mismos, ¿os consideráis más Sanchos o más Quijotes?

Rocío P.


3 comentarios:

  1. Recuerda Rocío que tienes que poner títulos sugerentes. Esta es una buena entrada y haces buenas preguntas pero el título es lo primero que atrae.

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  2. ¡Tomo nota Ana!
    La verdad es que solo les pongo títulos sugerentes a aquellas entradas que son más destinadas a la reflexión moral que a las que van relacionadas con un capítulo del libro, pero a partir de ahora intentaré pensar en títulos más llamativos y "potentes".

    Rocío P.

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